sábado, 18 de junio de 2011

El ruido de las cosas al caer


El nuevo premio Alfaguara, "El ruido de las cosas al caer" no es necesariamente un libro sobre el narcotráfico, sino sobre la generación que creció mientras Colombia se mezclaba más y más en ese negocio. Yo dividiría la novela en tres partes. La primera, y más interesante, podría llamarse 'el miedo' y se refiere a ese estado de cosas que sobrepasan la comprensión y hasta las buenas intenciones de una comunidad, donde aparece la gente de a pie totalmente desprovista de modos de actuar y que termina siendo víctima. La segunda, 'los orígenes', es una especie de explicación de la primera. Pierde mucho de la tensión narrativa y quizás debió haber sido más corta, dejando a los personajes en la beneficiosa bruma de lo que se sabe a medias. La última parte es 'una reconciliación', como ponerse finalmente en paz con el pequeño drama personal que se desprende de una gran tragedia colectiva. Muy bien contada, con un estilo transparente, la novela me recuerda, en sus propósitos y en la ejecución de lo que he llamado una primera parte, a la notable novela de Rodrigo Rey Rosa "El cojo bueno". Diría que el libro del guatemalteco es muy superior, principalmente por que se niega a proponer una forma de sanación del trauma más allá de saber lo que personalmente nos ha marcado. "El ruido" va por caminos similares, solo que no se detiene a tiempo y cierra con una vuelta al hogar y con un propósito de redención del protagonista

lunes, 13 de junio de 2011

¡Indígnense!, por Stéphane Hessel


Entre la diatriba y el llamado vehemente a la acción política, este brevísimo libro ha sido un best-seller en Europa, y hasta se le ha atribuido influencia en recientes eventos. Sin embargo yo no encuentro en él nada nuevo, nada que no se haya dicho ya, y a veces mejor—se podría pensar en un Galeano, como ejemplo. Hessel defiende un modelo de estado que surgió de los conflictos de la primera mitad del siglo XX, y que ha sido desmantelado en los últimos veinte años. Sus luchas—muy impresionantes, no cabe duda—se dan contra enemigos identificables, algo que no ocurre de la misma manera hoy en día. ¿Quién es nuestro enemigo? ¿Existe un enemigo como tal? Quizás estamos hablando de un sistema perverso, cuyas fuerzas son móviles y se extienden por muchos ámbitos de la vida humana.

viernes, 10 de junio de 2011

Trabajos del reino, Yuri Herrera


Dentro de la profusa oferta de Narconovelas, Yuri Herrera ha optado por ofrecer un ángulo original: lo que sería la vida dentro de los territorios de un Señor del narco. Trabajos del reino no es una narración sobre la actividad criminal de quienes negocian drogas prohibidas, sino que se refiere a la gente que gira a su alrededor: periodistas, abogados, sacerdotes, prostitutas y, en este caso, un compositor de corridos. Estableciendo un paralelismo con la vida de la corte, Trabajos nos propone lo que sería la “vida de palacio” en estos tiempos, con sus lealtades, traiciones y fragilidad. Trabajos pudo ser una gran novela sobre esos personajes paralelos que encuentran su razón de ser en las “bondades” de servir a un Señor, sin embargo la estrategia de Herrera ha sido apenas delinear a sus mujeres y sus hombres, así como sus complejidades.

miércoles, 8 de junio de 2011

Blanco Nocturno, de Ricardo Piglia



Me ha encantando la nueva novela de Piglia, quien de nuevo recurre al policial para plantear una serie de incógnitas--como dice en un momento Renzi, el narrador--más que respuestas sobre la condición humana. La trama se ubica en un pueblo en los setentas, vísperas del regreso del Perón a la Argentina, donde la llegada de un dandy puertorriqueño y su posterior asesinato le permite a Pligia reflexionar sobre la obsesión, la búsqueda de la verdad, el deseo y, en el centro de todo, la escritura.